No fue primero la geometría
sino la danza.
El cuerpo rotaba
sobre sí mismo ideando
espacios inexistentes.
Tal vez las sombras dibujaron antes
que una piedra caliza
los límites de un volumen
pergeñando ya una a una cada cara oculta
con su propio dolor.
El primer geómetra
fue el mejor observador
que desde aquel corro en torno
a la fogata
siguió los pasos de la bailarina
y se turbó con ellos.
muy bueno. me gustó mucho. saludos. lucas.
ResponderEliminarGracias por leer y expresarte, Lucas.
ResponderEliminarSolo tú expresas, escritor. Tú escribes para expresar. Lucas no lo hace. Lucas aquí solamente comunica.
EliminarChiloé...¿De Chiloé? Aprecio los matices de tu observación.
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