jueves, 10 de diciembre de 2015

Creación





Crearé mil mundos
para ti
pero no me llames dios,
me dijo el acróbata desde su grácil pirueta
sobre una planta de agua.

El insecto entonces
alzó su cabeza vivaracha
y con una lengua tibia
ungió mis labios.

Fue su tacto de hembra
el que desparramó pequeñas emulsiones
describiendo un aura
por el ceñido perímetro de mi cuerpo.

Un calor voluptuoso
me fagocitó.
¿Cómo podría habitar yo un paraíso tan extenso?






martes, 8 de diciembre de 2015

No moriré





No moriré
no

balbucea la presuntuosa insensatez una noche más
al sentir la levedad de mi cuerpo entre las sábanas
                                            (modesta percepción en un espacio
que anhela desprenderse de las horas)

Ahí
cuando el dolor no habita y la angustia reposa
                    yo me afirmo ufano en la ausencia
de sus signos
                    (tal vez se trate solo de su demora o de un mero aplazamiento)

No moriré:
                 adverbio arrogante            
conjugación tentadora
                                  aliados jugadores cuya partida acaban perdiendo
los más duchos y confiados                                                                                

Mantra al borde de los sueños:
no moriré
no moriré
               descendiendo su eco hasta mi entraña escéptica

                (vigilia y cuidado de que el fantasma de una pitonisa no aparezca
                para cambiar el sentido)

Y si el desvelo se alarga
razono contra la razón:
                                   no debo dar pábulo a las malas lenguas
que dicen que morir es inevitable
y reclaman que es lo propio de la condición vital

Dejo que la voz tenue y juguetona de un súcubo
                                                           recite con lengua de sexo: tú
no morirás
no puedes morir
                 
Sé que no
               que no estaré ni aquí ni en ninguna otra parte
pero que no moriré

Entonces ya a la orilla de la inconsciencia
                                                                  una rebelde aprendiza délfica
me atrae a su cueva y me dicta su sigilosa revelación:                        
                                                                           para llegar a ello
tendrías que aprender
a morirte                              
              y ya es muy tarde para que te inicies


      


                   

lunes, 7 de diciembre de 2015

Finjo




Me gusta fingir. Finjo
que no soy lo que soy.

No sé si es una forma de negarme
o de afirmarme. Es la costumbre.

Podría colocar en mi apariencia
máscaras acordes a los días y a las gentes
a las modas y a las órdenes. Es lo usual.

Pero no. Únicamente finjo
con sencillez y discreción
que no soy lo que previeron ni soy
lo previsible.

No quiero ser ya de otra manera.
Ni siquiera el que fui.
Mucho menos el que pude haber sido. Solo soy
el que finge.

Solo soy lo que se oculta.






domingo, 18 de octubre de 2015

No fue





No fue primero la geometría
sino la danza.
                     El cuerpo rotaba
sobre sí mismo ideando
espacios inexistentes.

Tal vez las sombras dibujaron antes
que una piedra caliza
                                 los límites de un volumen
pergeñando ya una a una cada cara oculta
con su propio dolor.

El primer geómetra
fue el mejor observador
                                     que desde aquel corro en torno
a la fogata
siguió los pasos de la bailarina
y se turbó con ellos.







Poeta mío




Poeta mío, para qué proponernos
ser felices, dijiste,
para qué trazar planes y aprisionarnos
entre los objetos
si los colores palidecen
y las palabras se desgastan
en el turbio transcurso de los días.

Luego, callaste.
Te pusiste a entintar con los volúmenes
y vanos de tu carne
obscenos signos sobre mi piel
enmudecida.







sábado, 10 de octubre de 2015






Dejar de ser




Dejar de ser madeja
y comenzar de nuevo:
apenas un hilo suelto
de mí mismo
empieza a tejerse nuevamente.

¿Qué retal será urdido
con fibras de la vieja materia?

¿Sabrá la nueva urdimbre hacer al hombre?

¿O es ya demasiado tarde
para emprender otra fantasía?



miércoles, 16 de septiembre de 2015

La llanura



La llanura es extensa
y las noches y los días pasan
y los rumores y las voces se alejan
y los fríos y los calores se relevan.

Solamente el silencio
parece no moverse de su espacio
minúsculo

y sin embargo tan íntimo.



miércoles, 9 de septiembre de 2015

El desierto



Si emerges o te hundes
no lo sabes.
Es un paisaje sin direcciones
ni meta ni refugios a tu alcance.

En este ámbito los lenguajes han extraviado
sus puntos cardinales.
Estás sin brújula
y vuelves a ser un primitivo
que se guía por el sol y por los vientos.

No adviertes con claridad por dónde pisas:
acaso tu tierra sea la memoria
o sólo deambules indolente
la propuesta de los días.

Aquí apenas eres algo
aunque parezca que lo fueras todo:
mero hijo de la desmesura de la tierra.
Su desgaste te alcanzará
y mudarás con ella
hacia tu propia disolución vertiginosa.

Para sobrevivir practicas un oscuro diálogo
con astros a los que no entiendes.
Te expandes cuando te agita
la oleada polvorienta
que envuelve a cuanto cuerpo habita
este suelo petrificado y arcaico.

Muchos llegaron antes
a tan inhóspito lugar.
No te hablan ni tú los ves.
No hay en tu mirada suficiente agudeza
para distinguir cuantos valles y páramos
fueron engullidos por hendiduras invisibles. 

No es el confín ni la muerte. Aún no.
Tampoco la pérdida más hiriente
que jamás hayas padecido. Es el silencio
inapreciable y coloquial
de la soledad en la que un día arraigaste.

No digas ahora que quieres irte. No podrás.
Pues tú mismo eres el desierto.



lunes, 3 de noviembre de 2014

Anhelo

    



Anhelo de ti
enrocado a la fuerza por la noche
que te oculta a mis ojos
              cómo evitar
esta extrema debilidad
que vuelve onerosas
               las horas de ausencia.




jueves, 26 de enero de 2012

Suspendido silencio



Suspendido silencio
sabiéndome apresurado
y haciendo de la carrera
            un destino
persiguiendo cada olvido
maldito
de improbable recuperación
arrebatado tras cada detalle menor
            en el que yo existía
improvisada fuga de la calma
la que nunca atrapé
sorteando la endeblez de los días
            cada ranura abría
una mirada
nueva o el paisaje soñado
de manera diferente
y ahora aquí deslizándome
por una cuesta inesperada
            ¿por qué nunca queremos atender
la llamada del tiempo?

acaso al final abunden
             las huertas del pequeño saber
las que cierren el paso
a la melancolía
insensata
y a la renuncia al deseo.



miércoles, 25 de enero de 2012

Hoy caes



Hoy caes
(es la niebla
               te dices)
la niebla
que impide que te pongas en pie
               que llega
hasta el borde de la cama
donde la noche se sigue agrietando
               oscilante erosión
que te roe y te desgasta.

Hoy no abres las ventanas
no oreas los metros escasos donde sueñas
               (por qué hacerlo
te cuestionas
y qué sentido tiene)
               lo has hecho infinidad de días
en que lo primero
era asegurarte de que tu vida no se trataba de una fecha
               y la luz
te contestaba insinuante
               y el aire
te lavaba las facciones
recreándotelas
negando la existencia del espejo.

Este sentirte caer
               (tengo derecho a la morbosidad
de mi caída
gritas contras las paredes como si fueran un frontón
donde ejecutas una partida dura
contra el otro jugador que mora en ti)
se nutre del agobio
y una extraña necesidad reclama de tu médula:
detenerse
siquiera un tiempo para vaciar lo superfluo.

Como si fuera posible reducir a cero
tu inconsistencia.


lunes, 16 de enero de 2012

No es verdad



No es verdad
que te embargue la tristeza de los días.
Si no te llega el cielo a través del ventanuco de una celda
ni el dolor retuerce tu cuerpo sobre un camastro
ni te acosan las difamaciones y la mala intención
de los seres más ímprobos
ni dejas de nutrirte cada día
para satisfacer tu estómago y tu pensamiento
ni careces de un amor siquiera secreto
que está pendiente de ti...
no utilices el justo nombre de las palabras
en vano.
Simplemente tuviste un mal sueño;
eso fue todo
y aún no te has desperezado.

jueves, 5 de enero de 2012

Inquieto

Inquieto
recorro la habitación desde un rincón
al otro
cuyas dimensiones no cambian
y es en esta oscuridad
donde entre lamentos impotentes
lejos de volver a nacer
queda abolido
el hombre.

sábado, 31 de diciembre de 2011

El hombre suelta amarras

El hombre suelta amarras.
Ya no es el mismo
condenado a un devenir corpóreo
listo para la representación.
Empieza a ser también
la plenitud de sus sombras.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Los días

Los días:
qué son sino pasajes
donde se turnan los ruidos más hondos
con el silencio de las superficies.
Donde todo se trastoca
y las luces se vuelven opacas
y la oscuridad enseña los caminos.
Los días:
inerte aceptación de los vacíos
donde flotan los hombres,
invariables náufragos.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cuesta vivir a la sombra

Cuesta vivir a la sombra
de otras sombras.
Aquellas que llegan desde lejos
y se alojan en lugares inaccesibles de uno mismo.
En el diálogo domina la ironía
cuando no un inexplicable temor
y no se avienen a razones.
Ni tú te atreves
a abrir las ventanas de envejecidos goznes
por donde defenestrarlas.

viernes, 16 de diciembre de 2011

jueves, 15 de diciembre de 2011

Soy la máscara




Soy la máscara.
Si algo queda detrás de ella
apenas son sino oquedades y sombras.

Hablo desde mi rostro cóncavo
donde las palabras resuenan cadenciosas
sin reconocerme en ellas
sin servir sus mandatos.

No nací con este rostro.
Nadie viene al mundo sino primario y ligero. 
Pero el viento de los hombres desgastó mis facciones
dejándome indefenso.
Tuve que aprender
y aún me cuesta portar esta identidad
que antes me suplantaba y que ahora me hace
en su totalidad.

Por ella siento que me acepta la manada y que me sigue.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Soy un hombre sentado

Soy un hombre sentado
a la entrada de la cueva.
Ni más rudo ni más desprovisto.

Tallo un bifaz con mis manos
y sus esquirlas se clavan en ellas
y mi piel se curte de arañazos.

Soy la primera pieza que se caza a sí misma.

 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sería cursi decir

Sería cursi decir
emulando cierta frase al uso:
un poeta muere en mí cada vez que muere
un poeta,
entre otras razones, si bien la principal,
porque es mentira.
Es mentira que nada de lo que vive o muere
ahí afuera
sea una muerte trasladable.
Es mentira que los poetas mueran
puesto que ellos no respiran ni se nutren ni obtienen placer
como poetas sino como átomos compactos
con un cuerpo y una debilidad
(o una fortaleza)
que no entienden de oficios, aunque sí de experiencias.
Es mentira que la muerte de un poeta nos aflija
salvo que le conozcamos de cerca;
hay tantos poetas de los que nada se sabe
como existen artesanos ignotos o sabios recónditos o seres llenos de bondad
o amantes que no alardean y que hacen de su vida
secretamente
un ejercicio oferente y único a una mujer única:
como un don.
Nada muere dentro de nosotros
muera lo que muera en el extenso mundo.
A veces sí nos dan ganas de morir con ellos.
Pero son solo ganas y no aceptamos un acto estéril de cesión
de cuantas capacidades nos han sido adjudicadas.
Nada muere en cada uno sino por una vez
que no se puede contestar y de manera inadvertida:
tal es la fuerza de la sombra que renuncia a ser la nuestra
cuando ya no quiere saber nada de regateos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

No sé si el hombre

No sé si el hombre se construye
sobre respuestas.
Nunca se obtienen todas las certezas.
Pero las preguntas exigen
y reclaman nuestros días
convirtiendo la curiosidad en espectáculo.
Extraño edificio el de la vida
poblado de rostros inquietantes
atrapados en su vaguedad.

jueves, 24 de noviembre de 2011



La luz, ¿tiene forma?

La luz ¿tiene forma?
¿O se pierde por cada ranura como una lagartija?
¿Reagrupa los cursos antiguos de los ríos?
¿Vuelve a convertir en fértil lo yermo?
¿Pone oro en las cúpulas brillantes de las mezquitas?
¿Eleva las agujas de las catedrales
o se duerme a la sombra de sus arbotantes?
¿Escala las murallas de la ciudad cercada? ¿O más bien
se convierte en el trenzado de lianas que abraza
el perímetro de los mandalas perdidos en la selva?
¿Sostiene las terrazas sobre las laderas del Huayna Picchu?
¿Descorre cortinas sobre los acantilados? ¿Calienta las viejas calzadas
por las que los romanos hicieron provincia de la vastedad?
¿Torna más solitarios los desiertos?
¿Salpica las naves de las fábricas
donde los obreros se olvidan de sus tres letras?
¿Deposita alguna esperanza sobre el destino de los presidiarios?
¿De qué ropaje viste la luz?
¿De paseante retraído, de anacoreta
o de actor del teatro Noh?
¿Permanece siempre la misma luz en la mirada
de los enamorados?
¿Disfraza el asfalto de campos de amapolas?
¿Se cuela entre las manos de los artesanos?
¿Viene la luz con el niño que nace?
¿Le dice algo la luz al moribundo?

lunes, 21 de noviembre de 2011

Es el animal

Es el animal que llevas dentro
el que te despierta bruscamente
y desfigura tu sueño.
Te zarandea y pone ante ti
el perfil de otro cuerpo
que abre axialmente tu vertical
y entra sin contemplaciones
hasta el rincón misterioso
donde enhebras los deseos.
Os refugiáis en las sombras.
Donde nada cesa.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Me pregunto si de verdad



Me pregunto si de verdad hay lugares en la memoria
más calmos o más lentos.
Hay quien lo asegura,
pero no es lo mismo. Aquella percepción
de que el tiempo apenas transcurría
no llevaba consigo apacibilidad.
No. Los días podían ser eternos
y al acostarte el desasosiego era doble
y la noche se hacía amarga:
demasiadas exigencias para tu mente de sueños.
Añádase los sentimientos,
ya se sabe, ese rosario de atracciones y rechazos
sobre los que no se podía decidir
so pena de resultar culpable.
Y la causa de la culpa estaba prohibida y tú,
personaje pequeño y carnal,
perdido en aquel mundo disciplinado y sumiso,
te condenabas en cada elección callada.
Te consumías.
No. Que no digan que hubo calma,
porque tú no la tuviste. Que no digan
que todo fue despacio. Simplemente
no iba,
todo permanecía rígido e inmóvil
como si no fuera a ninguna parte.
Debe haber aún territorios en la memoria
que te hablan y te dicen:
ocúpame.
Pero no logras hallarlos.  




sábado, 12 de noviembre de 2011

viernes, 11 de noviembre de 2011

La plenitud no existe

La plenitud no existe:
cada palmo de tu cuerpo es una pérdida
de lo que no lograste alcanzar
o una ganancia
de tenaz jugador de mal perder
al último episodio que te espera.
Y no paras de dar vueltas
como hijo del planeta que te acoge:
pero no en torno al sol ni sobre el eje
que sujeta los pasos de los hombres
sino sobre tu indefensión que es sacudida
y te va sumergiendo poco a poco
en un imperceptible punto
negro
que te devolverá al origen ineludible.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Habita cada silencio



Habita cada silencio
que respira por ti
antes de que tu sangre te obstruya la garganta
y vengativa estrangule tus palabras
o las confunda.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Los signos en la arena

Los signos en la arena,
tan efímeros: unas ráfagas de aire bastan
para desbaratar sus intenciones
burlándose del eterno aprendiz.
Vuelta a empezar, pero ¿acaso las palabras inscritas
en los mármoles de Roma con letras de bronce
no fueron también perecederas?
Retomo mi abecedario de polvo
y de cenizas,
pues sé que cuando sus caracteres vuelen
llevarán consigo el rastro de mis dedos.

jueves, 20 de octubre de 2011

Jugar con los ecos



Jugar con los ecos
desperdigándose a cada voz pronunciada
imaginando que arrojo una botella con mensaje
al mar
expectante porque llegue
una respuesta hasta mi orilla
otro eco que no es mi eco
pero que es también
mi voz

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hay una revuelta

Hay una revuelta en marcha
contra mis fantasmas.
Las armas están afiladas.
¿Y si perecemos ellos y yo mismo
en la acometida?
Los sueños callan. El cuerpo pesa.

martes, 27 de septiembre de 2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

Soñé que el viento

Soñé que el viento
traía el rumor de los últimos peregrinos
de la Tierra.
Que todos llegaban hasta aquí
empujados por la vanidad de las verdades.
Y que yo huía.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Y en cada montoncito


Y en cada montoncito de arena con que juego
pasando de una mano  a otra
hasta que se pierde por las juntas de mis dedos,
y en cada mota
de polvo seco que penetra mis pulmones
tornándome más piedra,
hay algo de mí que se resiste a cambiar de sustancia.
A convertirme en estatua
irrelevante
expuesta a la ruina y al desaire.

lunes, 19 de septiembre de 2011

La zona más oscura

La zona más oscura de la noche
ha entrado en mí
y hago como que la desconozco.
Se asoma al brocal de mis sentimientos
dispuesta a devorar los últimos restos de inocencia
que permanecen como huellas fósiles.
Rastros que no se resignan a ser borrados
aunque no sirvan ya para encontrar caminos de regreso.
Aquí estoy, plantado en algún lugar
cuya indefinición me agobia.
Agua y arena
juegan alternativamente a agitar el reloj invisible.
Para qué escuchar las horas
de esta parálisis.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Y este anuncio prematuro

Y este anuncio prematuro de luces tibias,
la piel que se encoge y un falso olor
a heno que no proviene de ninguna parte,
¿a son de qué hacen su presencia,
dividiendo simétricamente mi instinto de náufrago?

El viento ha herido mi nuca como no lo hacía
desde el tiempo último del amor.
Como  un mal presagio.

domingo, 11 de septiembre de 2011

En los septiembres tardíos



En los septiembres tardíos de mi pubertad llovía.
Llovía con compás prematuro de otoño
y era un paréntesis.
Olía a tierra incrustada que salía a superficie
en forma mineral
ungida por los ríos secretos e invisibles.
Tierra y cuerpo, nacientes los dos de análoga materia,
se cruzaban olfateándose mutuamente.
La piel picaba y a cada latigazo
de sangre contenida
tenía lugar una expectación creciente de temores.
Y sin embargo, la paz. Era el paréntesis, ya digo.
Luego vino lo que tenía que venir
imparable y agitado, tejiendo y destejiendo
los hilos de la urdimbre y de los años.
¿Quién iba a pensar durante aquellas tardes de fecundidad baldía
que tras una larga y anónima marcha
acabaría encontrándome tirado en este despoblado?



viernes, 9 de septiembre de 2011

Voy aprendiendo



Voy aprendiendo dónde están,
supuestamente, los puntos cardinales
por aquella exhibición de las estrellas más brillantes
y debido a ciertos vientos de los que me protejo.
Mi duda: ¿no me los estaré inventando?
¿No estaré poniendo patas arriba el firmamento?
Al fin y al cabo los hombres lo hicieron desde los primeros tiempos
para emprender con fortuna sus caminatas y navegaciones.
No busco cada uno de los vértices de la rosa de los vientos.
Me basta encontrar solamente uno.
Aquel que posee un aroma y una calidez inalterables.
El que debe salvarme del olvido de mí mismo.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Salvo del desierto



Salvo del desierto
que haya hecho innecesario el rígido manual de uso
que se aplicaba en la civilización.
Eso y poco más.
La bondad del atardecer anhelado,
ciertas visiones de las estrellas del cielo,
algunos espejismos, sólo algunos:
aquellos que simulan olvidados paisajes de la infancia
o la emersión de una ciudad pujante,
a la que no llegaré jamás.
También salvo los sueños.
Todo el tiempo infinito para los sueños
más inconcebibles. Asumiendo el riesgo
de que sin distinguirse demasiado de ellos
merodeen los deseos más virulentos
que destrozan al hombre.
Y salvo, por último, al reptil,
del que tomo prestada su piel,
la única piel que puede protegerme
de mi amarga descomposición.



martes, 6 de septiembre de 2011

Envuelto en una sábana



Envuelto en una sábana
me hago el muerto y sudo
(es un viejo juego que no tengo por qué explicar a nadie)

Ya sé que esa imagen parece lo que no es.
Si no me muevo soy aquello que nunca
llegaré a ver porque en ese instante estaré sin vista.
Sin mirada y sin gusto y sin tacto
y sin latidos, aunque durante un tramo éstos
seguirán trotando hacia un punto cardinal
con olor a la hembra ausente.
Lo que me desconcierta
no es este teatro de montar una reproducción falsa de mí mismo
y de mi fin. Sino pensar que,
si me faltan un día las propiedades imprescindibles,
porque la naturaleza haya decidido que no las tenga ya más,
¿quién va a tocar el fondo de la tierra
y encontrar el hontanar fluyente
si no es mi mano
que huirá ansiosa de la muerte?


jueves, 1 de septiembre de 2011

Podría escarbar la tierra

Podría escarbar la tierra
y construir con la incisión de mis manos
el cuerpo de una mujer.
Pero el cansancio acabaría derribándome
y durante el sueño
llegaría el desierto como llega siempre,
a tropel e insolente,
para poseer mi obra.
Tendría que volver a empezar.




martes, 30 de agosto de 2011

Pongo nombres a las piedras



Pongo nombres a las piedras
desde este escondrijo que me guarece.
Nombres que no se hayan inventado todavía
o bien que no nombren
o que respondan sin que se pronuncien.
Nombres que a una sola mirada
recuerden los sentidos
y al aproximar mi mano a la rugosa fruta de la tierra
me claven la bondad de sus ojos
unten con la lengua tibia mi palma desplegada
prendan mi pecho con el calor de sus senos
y acerquen la olorosa llama de su hoguera
hasta quemar mi boca
entreabierta y ávida.





sábado, 27 de agosto de 2011

Habla una voz



Habla una voz:
huye de la rendición
los días no son solo horizontales.
Habla otra voz:
la caída en la tierra
abre espacios donde lo húmedo existe.
Habla tu voz:
tira con fuerza de mí
le increpas al silencio.


domingo, 21 de agosto de 2011




Sientes el arañazo



Sientes el arañazo de la aridez
y te agazapas maltrecho entre las plantas más inhóspitas.
Luego te asomas menesteroso a los agujeros que las bestias
abandonaron hace tiempo sabiamente
porque no podían vivir en tan ásperas tinieblas.
Todo te pesa y la traición que te haces a ti mismo
quiebra tu silencio hasta anularte.
Pero el desierto no entiende de voces desesperadas
ni de plegarias sin fe ni de llantos tardíos.
Las lágrimas se convierten en punzante cristal entre tus párpados
apenas ha brotado la amargura.
Y las palabras del hombre que se desvanece,
tus desgastadas e inútiles palabras,
de poco sirven ya si sólo son cenizas.

Maldito roedor de los deseos:
aún estás a tiempo de erguirte y hallar el horizonte prometido.
Conjura de una vez tu caminar a ciegas.
El desierto puede ser cruel,
pero el don de elegir lo llevas dentro
y aún es fértil.



viernes, 19 de agosto de 2011

¿Dónde desembocan los desiertos?

¿Dónde desembocan los desiertos?
No proceden de ninguna parte
ni tienen destino alguno. Son el botín
de la conquista a la soledad del hombre.
Cambian de forma cada noche
para desorientar a los extraviados
y mutar el brillo de las estrellas.




miércoles, 17 de agosto de 2011

Nada suena

Nada suena
que no sea un viento veloz
interminable.
Y cuando amaina, el silencio hiere.
Y cuando el día se desploma
y coloca su suelo como cielo
me desgasto.
Nada habla
que no sea un eco preservado,
un eco a la medida de mi cuerpo de escorpión
que va ensordeciendo
este mísero abandono.


viernes, 12 de agosto de 2011

Camino por un desierto

Camino por un desierto.
El desierto no se elige ni aparece de pronto
a la vuelta de un sueño o de una crisis.
El desierto es una llaga que no cicatriza nunca,
donde el hedor a veces es insoportable:
tantas veces llegan hasta él las alimañas que la imaginación recrea
para beber la miseria que supura.
El desierto es el inclemente cielo;
y sus promesas de fertilidad, en las que alguna vez creí,
son vapor, condensación de la falsedad
que humedeció mis carnes sin que nada germinase en ellas
sino las vanas pretensiones, los dibujos que nunca pasaron
de simples garabatos y las letras copiadas a las estrellas.
Camino por el desierto
y empiezo a no sentir los elementos que condenan al hombre
que se pierde.

lunes, 18 de julio de 2011

Oscuro transcurso

Oscuro y dilatado transcurso
que hizo olvidadizos a los pobladores de mi tierra.
Nadie sabe aún si aquellas lágrimas
que salpicaron amargas los pedregales
ablandaron el sustrato de su inercia.
Ni si lo fértil pudo desalojar
tantas lajas del silencio
hasta que el limo se aposentara allá abajo
moldeando con su fecundidad cada nuevo gesto
que rehiciera el rostro del hombre.

viernes, 24 de junio de 2011



La mirada es un ejercicio posesivo

La mirada es un ejercicio posesivo
que se practica hacia atrás.
Cuanto se espera del futuro
siempre es sueño.
Pero tú, territorio
conquistado al vaciado de los días
no cuentas el tiempo
sino los frutos que crecen y maduran
entre tus dedos.

miércoles, 22 de junio de 2011

Le persiguen los trazos

Le persiguen los trazos.
Entre aquellos primeros impulsos
indisciplinados
sobre el papel rayado
y las últimas palabras hurtadas
a los significados
¿qué ha cambiado?
Apenas la dirección del aire
el mismo
que sigue sujetando su mano.

sábado, 18 de junio de 2011

A veces una voz

A veces una voz extraña
le decía:
has nacido demasiado tarde.
Y otras, una ráfaga de viento
insinuaba:
has nacido demasiado pronto.
Sólo ahora sabe claramente
que brotó en el tiempo justo.

(Se lo murmura el borboteo incesante
de su sangre)

jueves, 16 de junio de 2011

No se escora la nave

No se escora la nave
hacia el abismo.
Hay mucho todavía por navegar
sin que la quilla encalle.
Sujeta el timón y endereza el rumbo
hacia la luz que procede
de la costa a la que estás abocado.
No hay mayor terra incognita
que la que no se explora.

miércoles, 15 de junio de 2011

Ingrávidas y pequeñas esferas

Ingrávidas y pequeñas esferas
de barro o de cristal: yo soy la gravedad
que fija vuestra órbita.
La posición de mis dedos insinúa la salida
con un golpe seco:
caída libre o calculada hacia el choque preciso
en busca de otros rostros sin aristas.
¿Recordáis ahora qué planetas visitasteis de mano
en mano? ¿Qué fue de aquellas conquistas pasajeras
en cada palmo de tierra por donde desplegasteis
vuestro impulso?
Entrañables canicas: mitad amuleto, mitad objeto de cambio.
Cuántas conductas tras vuestra humilde condición.
Cuántas complicidades y risas, pero también cuántas envidias
y extorsiones taimadas
bailaron al son de la oclusiva pronunciación
de vuestro nombre.
Apuntando con el tino de la memoria irrenunciable
yo os lanzo al infinito.

lunes, 13 de junio de 2011

¿Qué hay debajo?

¿Qué hay debajo del suelo?, preguntaba
temeroso el niño.
Agua, un océano enorme, le respondían.
¿Y debajo del mar?
Tierra, una montaña de fuego.
¿Y más allá del fuego?
Nada.
¿Ni tú ni yo?, inquiría con angustia
al hombre de manos de hielo.
Nada, salvo tú y yo.

domingo, 12 de junio de 2011

Mis primeras líneas

Mis primeras líneas
compartieron letras y tiznones.
Difícil recordar qué fue primero:
¿lo abstracto o lo figurativo?
El dedo insumiso quería escribir sin tiento.
Efímeras victorias reprendidas
aplastadas por el dictado
del padre y del maestro.
Y el puño,
aprovechando la bajada de guardia de mis yemas
rebeldes, enderezaba el filo
obligado por un tenaz aprendizaje
y se convertía en pájaro.
Sabio pico aquél formado entre el índice
y el pulgar de mi mano derecha
(la única reconocida en aquel tiempo)
Grano a grano cada picoteo del plumín
dibujaba los rasgos de un abecedario.
Figurativo.
Abstracto.

martes, 24 de mayo de 2011

La primera piedra que toqué

La primera piedra que toqué
la encontré cálida.
No quise soltarla. La metí
en una cajita y la nombré amuleto.
Por el día la llevaba a todas partes de manera
secreta.
Mucho después llegaron más reliquias;
detrás de ellas había otros tactos,
las primeras sonrisas de las niñas
y el trueque con los chicos de la escuela.
Pero nada disponía de la misma fuerza
que mi primera piedra.
En ella veía las raíces del mundo.

sábado, 21 de mayo de 2011

Escribe como si expeliera

Escribe como si expeliera
todo el aire enrarecido del mundo.
Escribe
para evitar que las palabras se pudran
entre los divertículos del hastío.

jueves, 19 de mayo de 2011

Creciste bajo una higuera


Creciste bajo una higuera
cuyo ramaje te ocultaba de las voces.
Imperiosas obligaciones
que hablaban de acatar y someterse.

La vieja y frondosa higuera.
Estancia calma donde nadie advertía
de tu existencia huidiza,
donde a nadie se le ocurría buscarte.
Mientras, hacían clamor con tu nombre
que salpicaba el cristal sonoro del arroyo.

Aquellas lentas y también necias tardes
del estío.


domingo, 15 de mayo de 2011

No has de saber

No has de saber si el tiempo
procede de otro tiempo o todo nace
de una rueca
donde los días se han hecho lentamente
con los delgados hilos de la suerte:
urdieron un hombre que seguía a otro anterior
y no era el último;
el último, tampoco sabes quién, se perdía a su vez
camino de la última llamada:
la que resuena sobre tus sienes venosas
transparentes
que sientes afiladas.

martes, 10 de mayo de 2011

Corría tanto viento

Corría tanto viento entre tu pecho
y el abismo
que extendiste los brazos
contuviste la respiración
y con los pies en punta sobre la linde
del basalto
invocaste la complicidad de los seres del cielo.
En ese instante el aire se detuvo
y un toque de trompeta severo
e imperioso
atravesó el campo de batalla
indicando retirada.

domingo, 1 de mayo de 2011

Y esta fuerza secreta


Y esta fuerza secreta
que sujeta mi convulso ser
a tu existencia.
Y este brío inextinguible
que no cesa de clamar
y reclamar
a la mujer sentada en esa orilla.
Oh, tú, flecha en vuelo,
no te detengas;
hiéreme un día y otro y pulsa
la llaga abierta
de mi descuartizamiento.


sábado, 30 de abril de 2011

Temo el sueño


Temo el sueño.
Lo deseo y a la vez me pierde. Necesidad
de conjurar la consunción letal
que me conduce a otra parte como si se tratara
de la verdadera orilla.

Temo el despertar y el vacío estéril:
no saber quién soy ni si estoy pereciendo
o procurándome aliento
con la esperanza de una luz lejana o un signo
o un rumor diferente que rompa mi afasia.
No saber si te tengo aún o te pierdo
y me pierdo dos veces.

Giro inquieto en medio de esta noche solapada
buscando con mirada enrojecida
enloquecida
el destello del único fanal que puede ponerme de nuevo
en pie sobre el camino.

Las letras escritas en las rocas aparecen cubiertas de espuma.
No hay sal ni viento ni rumores que puedan borrarlas.
Las reescribo cada día.
Pronúncialas para que llegue
tu voz serena
aunque me consuma.



miércoles, 27 de abril de 2011

Arañadas y sangrientas


Arañadas y sangrientas están
mis manos
por el roce de los riscos.
Acuciado por la marea porfío
en la escalada.
Estas manos despellejadas testimonian
rastros de mis babeos y de mis lágrimas.
No hay otras manos
que me puedan salvar del vacío.


domingo, 24 de abril de 2011

Dicen que se agota


Dicen que se agota el mar sobre las playas
y que deposita en ellas a los hijos del olvido.

¿Cuánto hace que las playas
dejaron de existir?

Fueron una fantasía del reino de las profundidades.

En mi huída de las tormentas
las he buscado sin suerte.
A mis pies sólo se erigen ariscos farallones
y el embate de las olas me arrincona
con inclemente desprecio.

El mar no sabe del errante que busca su propia materia.

sábado, 23 de abril de 2011

Ando entre las rocas

Ando entre las rocas
pero la oscuridad es tan compacta
que debo tantear escollo a escollo
y hacer de cada paso un largo baile
de movimientos indecisos.
Para qué mirar a través de la espesura de la noche
si los sonidos no ayudan.
El mar habla una lengua colectiva
inmutable y perpetua
donde no sabes quién pronuncia primero
ni si es una descarga de lamentos o de vítores
la que se hunde apenas un instante entre las olas
ni desde dónde parte la voz
que emite tu nombre.

lunes, 18 de abril de 2011

Navego por el mar




Navego por el mar.
Es de noche y navego. El oleaje
es sordo.
La espuma recubre mis cabellos
y no hay hueco de mi muda
que esté seco.
Navego y la sal permanece entre mis uñas
formando una costra lacrimosa.
No hay ningún punto de luz en lejanía alguna
porque la distancia no existe.
No cesa el rugido del vaivén
de las olas
porque nadie lo escucha.
Navego sin encontrar supervivientes
ni dentro ni fuera de la borda que delimita
con un perfil ausente de rostros
mi vida del abismo.
Navego entre una oscilación de sombras
perdida ya la cuenta de los días.
No. No he extraviado el rumbo
tal vez nunca lo he tenido
ni se puede decir que sea ya un náufrago
puesto que hablo de las sensaciones.
Me he convertido en mar.
Una gota, la más pequeña pero avanzada cresta ondina
o una agitada secuela de la masa
que se desplaza al mandato de los vientos.
Es de noche y navego.
Mi pies se hunden en la sima de los enigmas
y embarranco.