Soy la máscara.
Si algo queda detrás de ella
apenas son sino oquedades y sombras.
Hablo desde mi rostro cóncavo
donde las palabras resuenan cadenciosas
sin reconocerme en ellas
sin servir sus mandatos.
No nací con este rostro.
Nadie viene al mundo sino primario y ligero.
Pero el viento de los hombres desgastó mis facciones
dejándome indefenso.
Tuve que aprender
y aún me cuesta portar esta identidad
que antes me suplantaba y que ahora me hace
en su totalidad.
Por ella siento que me acepta la manada y que me sigue.
con el sino ineludible de ser lo que dejamos ver con nuestra máscara,
ResponderEliminarsaludos, muy bueno
Y la manera en que acabamos convirtiéndonos en ella. O resistiéndonos a acabar siendo solo la máscara.
ResponderEliminarSaludos. Omar. GRacias.
Hace tiempo dejé la máscara atrás, en cuanto me acepte a mi misma dejó de importarme como me viesen los otros.
ResponderEliminarEs cierto que nacemos puros, pero también nacemos desnudos, quiero decir, que psicologicamente adquirimos comportamientos y fisicamente nos cargamos de materia.
Pero eso forma parte de algo que desconocemos, una razón que se adquiere a base de consciencia, para que?
Ni idea, pero calculo que tiene algo que ver con la paz y la igualdad a fin de un mundo mucho más humano.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa mascara la usamos intermitentemente, muy bien logrado. Un abrazo
ResponderEliminarDE BELEN A LA CRUZ
ResponderEliminarhttp://visceral-genetticca.blogspot.com/
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy cierto. Partiendo de una verdad, todo ha de ser belleza. Saludos
ResponderEliminarGenetticca, el tema de las máscaras es muy metafórico, pero revela a su vez ese juego de personalidades que desarrollamos con diversa intención.
ResponderEliminarBuena noche.
Sí, Lapislázuli, así es, según situaciones, estados de ánimo y ciclos de la vida. Si fuera permanente sería terrible, no nos reconoceríamos ni nosotros mismos.
ResponderEliminarAbrazo.
José Luis, o la belleza como reconocimiento del Universo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y al final casi te preguntas que fue antes la mascara o la conciencia de ser máscara
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
¿Tú que piensas, Pérfida? ¿Que a base de usarla nos convertimos en esa personalidad?
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Creo que todos la hemos utilizado a veces. Pero ahora yo ya no la quiero, en el aprendizaje y la aceptación está la clave, aunque a veces cueste desenmascararse de ella.
ResponderEliminarun fuerte abrazo y que pases buenas fiestas.
EL MUERTO QUE ENCONTRÓ A DIOS
ResponderEliminarhttp://visceral-genetticca.blogspot.com/
Mariola, la máscara puede ser el subconsciente, cuidado.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Gracias, Genetticca.
ResponderEliminar--¿Quién eres tú? --dijo la Oruga.
ResponderEliminarNo era una forma demasiado alentadora de empezar una conversación. Alicia contestó un poco intimidada:
--Apenas sé, señora, lo que soy en este momento... Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.
Lewis Carrowll: Alícia en el país de las maravillas.
Tomé prestado el texto, Mar. ¿Gracias!
Por supuesto, los textos tienen no solo que ser tomados prestados sino ser respirados como el aire. Así es la levedad. Gracias a ti por reflejarlo en tu blog.
ResponderEliminar