martes, 30 de agosto de 2011

Pongo nombres a las piedras



Pongo nombres a las piedras
desde este escondrijo que me guarece.
Nombres que no se hayan inventado todavía
o bien que no nombren
o que respondan sin que se pronuncien.
Nombres que a una sola mirada
recuerden los sentidos
y al aproximar mi mano a la rugosa fruta de la tierra
me claven la bondad de sus ojos
unten con la lengua tibia mi palma desplegada
prendan mi pecho con el calor de sus senos
y acerquen la olorosa llama de su hoguera
hasta quemar mi boca
entreabierta y ávida.





sábado, 27 de agosto de 2011

Habla una voz



Habla una voz:
huye de la rendición
los días no son solo horizontales.
Habla otra voz:
la caída en la tierra
abre espacios donde lo húmedo existe.
Habla tu voz:
tira con fuerza de mí
le increpas al silencio.


domingo, 21 de agosto de 2011




Sientes el arañazo



Sientes el arañazo de la aridez
y te agazapas maltrecho entre las plantas más inhóspitas.
Luego te asomas menesteroso a los agujeros que las bestias
abandonaron hace tiempo sabiamente
porque no podían vivir en tan ásperas tinieblas.
Todo te pesa y la traición que te haces a ti mismo
quiebra tu silencio hasta anularte.
Pero el desierto no entiende de voces desesperadas
ni de plegarias sin fe ni de llantos tardíos.
Las lágrimas se convierten en punzante cristal entre tus párpados
apenas ha brotado la amargura.
Y las palabras del hombre que se desvanece,
tus desgastadas e inútiles palabras,
de poco sirven ya si sólo son cenizas.

Maldito roedor de los deseos:
aún estás a tiempo de erguirte y hallar el horizonte prometido.
Conjura de una vez tu caminar a ciegas.
El desierto puede ser cruel,
pero el don de elegir lo llevas dentro
y aún es fértil.



viernes, 19 de agosto de 2011

¿Dónde desembocan los desiertos?

¿Dónde desembocan los desiertos?
No proceden de ninguna parte
ni tienen destino alguno. Son el botín
de la conquista a la soledad del hombre.
Cambian de forma cada noche
para desorientar a los extraviados
y mutar el brillo de las estrellas.




miércoles, 17 de agosto de 2011

Nada suena

Nada suena
que no sea un viento veloz
interminable.
Y cuando amaina, el silencio hiere.
Y cuando el día se desploma
y coloca su suelo como cielo
me desgasto.
Nada habla
que no sea un eco preservado,
un eco a la medida de mi cuerpo de escorpión
que va ensordeciendo
este mísero abandono.


viernes, 12 de agosto de 2011

Camino por un desierto

Camino por un desierto.
El desierto no se elige ni aparece de pronto
a la vuelta de un sueño o de una crisis.
El desierto es una llaga que no cicatriza nunca,
donde el hedor a veces es insoportable:
tantas veces llegan hasta él las alimañas que la imaginación recrea
para beber la miseria que supura.
El desierto es el inclemente cielo;
y sus promesas de fertilidad, en las que alguna vez creí,
son vapor, condensación de la falsedad
que humedeció mis carnes sin que nada germinase en ellas
sino las vanas pretensiones, los dibujos que nunca pasaron
de simples garabatos y las letras copiadas a las estrellas.
Camino por el desierto
y empiezo a no sentir los elementos que condenan al hombre
que se pierde.