Asi es.Somos los prehistóricos,los de siempre.No hemos avanzado mucho,aun seguimos en la entrada de la cueva. Elaboramos nuestras propias armas para subsistir, nuestras manos son las armas más antiguas y útiles,con ellas nos ganamos el pan, con ellas matamos,y absurdamenter con ellas, nos convertimos en las víctimas de nuestras propia caceria.
Un verso con mucha profundidad, no hacía falta extenderse más. Fantástico.
Genetticca. Y siendo lo que seamos, es emocionante el proceso. A mí la Prehistoria me apasiona. Muchas de las claves del hoy residen en aquellos estadios temporales que no son tan lejanos. La información obtenida de los inicios culturales tienen que servir de objeto de reflexión y para sacar conclusiones cara a nuestras conductas presentes. Si es que todavía los humanos queremos saber (como entonces querían y se esforzaban)
Pero de alguna manera, Omar, siempre estamos empezando. Probablemente existen más torpezas ahora, con todos los medios a nuestro alcance, que en aquellas épocas de recursos y aprendizaje.
algo hay de arqueólogo, no solo en esta entrada, también de arquitecto o filósofo en otras de este blog, claro, aunque reflexivo, que por otra parte no es incompatible...
Asi es.Somos los prehistóricos,los de siempre.No hemos avanzado mucho,aun seguimos en la entrada de la cueva.
ResponderEliminarElaboramos nuestras propias armas para subsistir, nuestras manos son las armas más antiguas y útiles,con ellas nos ganamos el pan, con ellas matamos,y absurdamenter con ellas, nos convertimos en las víctimas de nuestras propia caceria.
Un verso con mucha profundidad, no hacía falta extenderse más. Fantástico.
Un abrazo
la torpeza de todos los principios que tienen las acciones humanas,
ResponderEliminarsaludos
Genetticca. Y siendo lo que seamos, es emocionante el proceso. A mí la Prehistoria me apasiona. Muchas de las claves del hoy residen en aquellos estadios temporales que no son tan lejanos. La información obtenida de los inicios culturales tienen que servir de objeto de reflexión y para sacar conclusiones cara a nuestras conductas presentes. Si es que todavía los humanos queremos saber (como entonces querían y se esforzaban)
ResponderEliminarHas hecho una síntesis de primera. Un abrazo.
Pero de alguna manera, Omar, siempre estamos empezando. Probablemente existen más torpezas ahora, con todos los medios a nuestro alcance, que en aquellas épocas de recursos y aprendizaje.
ResponderEliminarSaludos.
algo hay de arqueólogo, no solo en esta entrada, también de arquitecto o filósofo en otras de este blog, claro, aunque reflexivo, que por otra parte no es incompatible...
ResponderEliminarun saludo
Vaya, Scardanelli, tengo curiosidad: ¿qué te hace pensar en eso de arqueólogo, etc.?
ResponderEliminarBienvenido/a. Gracias por pasar y pasear por este mar.