miércoles, 25 de enero de 2012

Hoy caes



Hoy caes
(es la niebla
               te dices)
la niebla
que impide que te pongas en pie
               que llega
hasta el borde de la cama
donde la noche se sigue agrietando
               oscilante erosión
que te roe y te desgasta.

Hoy no abres las ventanas
no oreas los metros escasos donde sueñas
               (por qué hacerlo
te cuestionas
y qué sentido tiene)
               lo has hecho infinidad de días
en que lo primero
era asegurarte de que tu vida no se trataba de una fecha
               y la luz
te contestaba insinuante
               y el aire
te lavaba las facciones
recreándotelas
negando la existencia del espejo.

Este sentirte caer
               (tengo derecho a la morbosidad
de mi caída
gritas contras las paredes como si fueran un frontón
donde ejecutas una partida dura
contra el otro jugador que mora en ti)
se nutre del agobio
y una extraña necesidad reclama de tu médula:
detenerse
siquiera un tiempo para vaciar lo superfluo.

Como si fuera posible reducir a cero
tu inconsistencia.


6 comentarios:

  1. "como si fuera posible reducir a cero tu inconsistencia"..ese rincón tan oscuro y tan indestructible que nos amenaza..

    Un abrazo, Aral

    ResponderEliminar
  2. Me gusta el ritmo que tiene, el dejarse caer lentamente...el buscar un resquicio donde liberarse- que también es necesario- y vaciar como dices "lo superfluo".
    No es fácil. Pero esta vida es aprendizaje.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Y tal vez lo que está en la estructura de nuesstras emociones, Noeslo.

    Un abrazo para ti.

    ResponderEliminar
  4. Mariola, pues el ritmo de caída emocional es todavía más caótico y precipitado a veces. Nada es fácil, pase el tiempo de nuestra vida que pase, nada resulta fluido y calmo. Salvo si te abandonas. Pero entonces, no eres tú mismo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. A pesar de dejar al final cierta posibilidad de salida, el poema me transmite cierto clima de claustrofobia con la abundancia de vocablos que giran en torno a una situación deprimida. Estupenda imagen la del jugador de frontón contra sí mismo. Yo deseo que gane la partida esa parte del jugador que es lo mejor de sí mismo, pese a ser humano.
    Un gran abrazo desde 'Poemas del volcán'

    ResponderEliminar
  6. Gracias por tu opinión, Luis. La claustrofobia nos obliga a unas letras, buscando acaso de esa manera el agujero por donde escapar. Tal vez la abundancia de ese tipo de vocablos, como bien dices, expresen algo de pasos deprimidos. Tal vez sea una solución ¿homeopática? para tratar el propio mal.

    Un abrazo, sigamos.

    ResponderEliminar