domingo, 12 de junio de 2011

Mis primeras líneas

Mis primeras líneas
compartieron letras y tiznones.
Difícil recordar qué fue primero:
¿lo abstracto o lo figurativo?
El dedo insumiso quería escribir sin tiento.
Efímeras victorias reprendidas
aplastadas por el dictado
del padre y del maestro.
Y el puño,
aprovechando la bajada de guardia de mis yemas
rebeldes, enderezaba el filo
obligado por un tenaz aprendizaje
y se convertía en pájaro.
Sabio pico aquél formado entre el índice
y el pulgar de mi mano derecha
(la única reconocida en aquel tiempo)
Grano a grano cada picoteo del plumín
dibujaba los rasgos de un abecedario.
Figurativo.
Abstracto.

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