jueves, 24 de noviembre de 2011

La luz, ¿tiene forma?

La luz ¿tiene forma?
¿O se pierde por cada ranura como una lagartija?
¿Reagrupa los cursos antiguos de los ríos?
¿Vuelve a convertir en fértil lo yermo?
¿Pone oro en las cúpulas brillantes de las mezquitas?
¿Eleva las agujas de las catedrales
o se duerme a la sombra de sus arbotantes?
¿Escala las murallas de la ciudad cercada? ¿O más bien
se convierte en el trenzado de lianas que abraza
el perímetro de los mandalas perdidos en la selva?
¿Sostiene las terrazas sobre las laderas del Huayna Picchu?
¿Descorre cortinas sobre los acantilados? ¿Calienta las viejas calzadas
por las que los romanos hicieron provincia de la vastedad?
¿Torna más solitarios los desiertos?
¿Salpica las naves de las fábricas
donde los obreros se olvidan de sus tres letras?
¿Deposita alguna esperanza sobre el destino de los presidiarios?
¿De qué ropaje viste la luz?
¿De paseante retraído, de anacoreta
o de actor del teatro Noh?
¿Permanece siempre la misma luz en la mirada
de los enamorados?
¿Disfraza el asfalto de campos de amapolas?
¿Se cuela entre las manos de los artesanos?
¿Viene la luz con el niño que nace?
¿Le dice algo la luz al moribundo?

4 comentarios:

  1. La luz está en todas partes y todos formamos parte de ella. Es la misma luz en momentos diferentes.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Puede que tengas razón, Mariola. Pero la percepción (o la recepción) de esa luz es muy de cada cual. Siempre será un misterio cómo percibió la luz un recién nacido y cómo s epriva de ella un agónico.

    La vida, obviamente. Gracias, un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. muy bueno, interrogantes que nos pone a cavilar inteligentemente.
    creo que la luz es la sombra de la sombra, porque todo es su contrario
    saludos desde Uruguay

    ResponderEliminar
  4. Es que la vida se mide por interrogantes más que por respuestas. Estas nunca son certezas, y las preguntas siempre están justificadas.

    Omar, saludo.

    ResponderEliminar